Dialogar

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En Nicaragua hay muchos problemas. Después de dos fraudes, reelección ilegal, prórroga ilegal de personas en puestos del Estado y una serie de situaciones políticas, podríamos decir se ha profundizado la crisis institucional que se ha acarreado desde 1999-2000, con el famoso pacto Ortega-Alemán.

Ese pacto fue la repartición del pastel estatal, con cambios trascendentales en la Constitución, y una nueva Ley Electoral que permitía el bipartidismo y lo sostenía al largo plazo. Y de hecho lo mantuvo. Hasta 2010, se mencionaban nuevas reformas a la Constitución, para que Arnoldo Alemán saliera de la cárcel. Y que logró, otorgándole la Junta Directiva a Ortega. Esos fueron los últimos días del pacto. Después, las pláticas entre los dos siguieron, pero ya sin resultados. Alemán se desinfló.

Entonces, si la vía electoral no funciona y nadie se va a ir a la montaña a volar plomo, ¿porqué seguimos diciendo que diálogo no? ¿Cómo vamos a resolver esta crisis institucional? El camino cívico, dicen muchos, pero ese camino cívico resulta muy complicado en un país como el nuestro. La pobreza, la falta de educación y motivos históricos, principalmente, han creado una ciudadanía que no hace uso de sus derechos y le da prioridad a otras cosas, con todo derecho también.

Si queremos democracia, va a costarnos. Y eso piensa también la dirigencia del PLI, y a pesar de que probablemente gran parte de la opinión pública rechaza el diálogo, están dispuestos a asumir el costo de sentarse a hablar con el Frente, para crear instituciones que permanezcan y encaminar el país hacia una situación donde los inversionistas no tengan miedo de que las cortes les confisquen, que los votantes tengan seguridad de su voto y donde los impuestos sean invertidos realmente.

En todos los países, las fuerzas políticas conversan, con intenciones de mejorar la situación de los ciudadanos.

Pero aquí lo que ha ocurrido es que las intenciones no son de mejorar, o de crear situaciones de mejoría. Es un dame y te doy, un intercambio o un negocio para mejorar las condiciones de la dirigencia de los partidos. Prebendas y dádivas. Pacto.

Estamos claro que hay una división seria y complicada políticamente hablando entre la ciudadanía, y la única manera de poder crecer al ritmo que necesitamos y mejorar en todos los aspectos que afecta la vida diaria, es sentándonos a platicar. Diálogo

Si bien es cierto que el Frente es mayoría en la Asamblea, y que “no tiene porqué negociar”, creo que hasta ellos saben que sin instituciones, el legado que dejan se limita a láminas de zinc y demagogia, que tienen una vida útil y luego se desvanecen, igual que la cantidad de dinero malhabido que nos han robado cada vez que ponemos combustible.

Lo más importante de todo es hacerlo bien, pensando en todos y todas, y esa es la verdadera responsabilidad de quienes se sientan a negociar.

En Nicaragua, hay tantas cosas al revés…

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