Tuve la oportunidad de ser observador internacional en las elecciones primarias de la República de Honduras, el día 18 de octubre del 2012, como miembro de la Misión de la Red Latinoamericana y del Caribe por la Democracia. Hubo misiones de la OEA, Naciones Unidas, protocolo de Tikal, sumando más de 60 observadores internacionales, todos invitados y acogidos por el Tribunal Supremo Electoral. Igualmente se aceptaron miles de observadores nacionales.
En esta elección se elegían a los candidatos a la Presidencia por los partidos mayoritarios. En el caso del oficial Partido Nacional, se eligió entre siete candidatos, los liberales eligieron entre tres candidatos y el nuevo Partido Libre participó con candidato único. También se votaba uninominalmente por candidatos a diputado, municipalidades y autoridades del partido.
Solamente podías votar por uno de los partidos, y marcar la boleta no quiere decir afiliación inmediata al partido. Son unas internas abiertas, y que con un récord de participación histórico del 35 por ciento, en esta ocasión se proyectaba bien por encima del 40 por ciento del padrón.
Lo que más me sorprendió es que alrededor de los Centros de Votación las tendencias de los diferentes partidos permanecían en toldos o casas, con música y propaganda de sus candidatos. Podían estar partido frente a partido, y actuaban como amigos. Igual la gente que votaba, lo hacía con mucha alegría.
El sistema de las elecciones primarias permite a los ciudadanos, miembros o no de los partidos, votar por los candidatos. De esta manera se logra una democracia partidaria, donde los líderes no solo están obligados a trabajar en hacer crecer su tendencia dentro del partido, sino que también deben construir propuestas hacia los ciudadanos.
Los funcionarios del Tribunal en cada Centro de Votación eran, en su mayoría, estudiantes universitarios, con una figura llamada Custodios, encargados generales de supervisar las elecciones. Dentro de las mesas cada tendencia partidaria tenía su representante para garantizar el trabajo de los funcionarios de mesa.
El presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, fue electo como candidato por los nacionalistas. Un empresario de renombre, Mauricio Villeda, fue electo para candidato a la presidencia del Partido Liberal. Y Xiomara Castro, esposa de Manuel Zelaya, participó sola por el nuevo partido Libertad y Renovación LIBRE.
A pesar de las diferencias, que llegan a ser incluso personales, creadas al competir entre ellos, los liderazgos partidarios responsables cierran filas con el ganador de las primarias. Hasta el momento no ha habido candidato que haga tienda aparte.
No hay elecciones perfectas. A pesar de que no todos los candidatos estuvieron conformes con los resultados, y eso fue comunicado a los observadores, todos aceptaron los resultados, porque confían en los tres magistrados independientes del Tribunal Electoral. Este Tribunal y su independencia fueron claves en la solución a la crisis política del 2009.
Nicaragua es el único país de América Latina con una autoridad electoral que no es respetada por muchos nicaragüenses de todos los sectores, y además reconocida como no transparente por misiones electorales internacionales. ¡Es vergonzoso!
Como nicaragüenses debemos reconocer y aprender de los buenos ejemplos.
Apertura partidaria, democracia interna, liderazgos y tendencias fuertes, que a la hora de unirse, se unen. Autoridades electorales abiertas a la observación, escrutinios abiertos a la población, y condiciones equitativas para la participación.