Por más cavernícola que parezca, la política nicaragüense no es incivilizada. Sí tiene arranques de prehistoria (piedras y palos de vez en cuando), pero no es incivilizada. Al menos no de la manera que quiero dar a entender la palabra que usé.
La cívica es esa clase que aparecía en los boletines de todos, que servía para subir los promedios en la mayoría de los caso, y que además la ponían en unión de hecho con la moral. Son cosas diferentes, y en el colegio obviamente no le poníamos mente. La cívica era el respeto a la bandera, conocer los símbolos patrios y ave nacional, árbol y flor. De cajón por todos los años que estudié. ¿Pero eso es cívica?
Recientemente, un diputado de la Asamblea Nacional, a propósito de las críticas a las reformas de la Ley Electoral, que la bancada opositora votó favorablemente, “Si la gente no protesta ni siguiera porque le suban los frijoles, el transporte, mucho menos por una reforma constitucional, o sea, ya no es un problema de política, es que la gente se cansó de pelear hasta por sí misma.” También agregó “Estoy de acuerdo que no peleen por la parte política, ya que al final del día probablemente los políticos no hemos hecho lo mejor del mundo para que sea interesante, pero suben los frijoles, la leche, el arroz, el pasaje de bus y la gente no dice nada.” Esto lo saqué de Informe Pastrán, y lo dijo Eliseo Núñez, así claro como le gusta decir las cosas. Pero no, él tampoco es el cavernícola.
Al leer esto, que creo es bien difícil de aceptar para un político, me puse a pensar ¿porqué será que pasa esto? También recordé un artículo que circuló, que decía que este Gobierno no ha iniciado sus 5 años sin protestas. Llegamos al punto que cachorros de Sandino, 22 años después de salir del Ejército, siguen reclamando tierras y beneficios. ¿Cómo habrán sobrevivido todos estos años?
La falta de ciudadanía en Nicaragua es la verdadera civilización de la política. Aquí empezamos a votar antes de salir de secundaria, a los 16 años. Pero, ¿con qué capacidad lo hacemos? ¿Entendemos ese derecho y gran responsabilidad?
En mi colegio, al menos, nunca nos mencionaron la Constitución. Yo llegué a las clases de Derecho sin saber qué era. Y estudié en el Centroamérica (“buen colegio”). He visitado varios colegios de Managua con Puente, públicos, privados y subvencionados. Noté algo en común entre los chavalos: falta de conocimiento de derechos, deberes y obligaciones de los jóvenes. Obviamente, de derechos ciudadanos también. Obviamente, sacan 100 en moral y cívica la mayoría.
La ciudadanía en Nicaragua se resume en votar, si es que nos da la gana o no nos embebe la apatía, para algunos, pagar nuestros impuestos y después muy pocas personas involucradas en iniciativas ciudadanas. Es cierto, existen protestas por muchos lados, ¿pero qué es lo que se protesta? Que el gobierno dé. Los ancianos piden pensiones reducidas, los ex combatientes tierras, y los no-pago pues condonación de sus deudas. ¿Alguien está exigiendo algo que no sea beneficios para ellos y su familia? No. Y lo hacen con todo su derecho, el que respeto y valoro.
Pero… ¿es exigir beneficios para vos, verdadero ejercicio de la ciudadanía, cuando no estás pensando en todos y todas?
Sí, es cierto que el círculo vicioso pobreza extrema-falta de educación hace que la mayoría de nicaragüenses viva pensando en el día a día, sobreviviendo. Con precios que suben y nadie hace nada. ¿Pero qué pasó con los que tenemos las necesidades resueltas?
Se llama falta de ciudadanía activa, que realmente salga desinteresadamente al menos a reclamar por las alzas de energía y todas las anomalidades de préstamos a Caruna para pagar la luz, que ocurren con precios bajos del petróleo. O los cortes de agua en la mayoría de barrios de Managua. Son cosas que nos afectan a todos. Pero no hay ni interés ni movimiento…
¿Somos civilizados?