Fui invitado por un grupo de personas organizadas para la conservación de Bosawás a visitar la reserva el sábado 1 de diciembre, específicamente al macizo de Peñas Blancas (obviamente eso no es en la frontera con Costa Rica). La expedición fue parte de una campaña de nombre Misión Bosawás, que tiene como objetivo primero dar a conocer la verdad detrás de la Reserva de Biósfera, que mide alrededor de 22 mil kilómetros cuadrados. Vale mencionar que Nicaragua mide 130 mil, sin incluir agua.
Realmente acepté la invitación por curiosidad, pues no me ha tocado visitar mucho Jinotega o Matagalpa tanto como quisiera. Peñas Blancas está entre esos dos departamentos, en el municipio de El Cuá. El viaje es de más o menos 3 horas, en bus se hace más. Lo primero que se ve es una montaña con piedras blancas, que recuerda a un poco a los Tepuis de Venezuela.
El viaje incluyó una visita al Centro de Entendimiento con la Naturaleza, donde manejan un plan de reforestación alrededor del macizo, transformando zonas de cultivo y ganadería en bosque de amortiguamiento para la Reserva. Los resultados se han demostrado, por ejemplo, en que hace poco dos jaguares estaban cerca del Centro. Había un perezoso en los árboles cercanos, y además el caudal de agua de las cuencas que salen del macizo ha aumentado. Hacen el trabajo de restauración en 800 hectáreas.
La importancia estratégica de los cerros como Peñas Blancas está en que, además de brindarle agua a comunidades cercanas, manejan el clima de sectores cercanos, determinando lluvias y temperatura.
Luego subimos un sendero bastante fangoso, alrededor de un riachuelo, hasta una cascada. Dificultad 4/5 y sin botas es 6/5. El sendero cruza un bosque nuevo, del que están restaurando en el centro. Es tan denso que el sol ya no te da mientras hacés el sendero. Realmente es bastante inhóspito, muy silvestre.
Al final de la visita tuvimos una conversación con dos líderes de la comunidad Mayangna, que han luchado y siguen trabajando para que se respeten las áreas protegidas. Uno de ellos dijo que los líderes hacen política con la tierra, que la reparten si le dan el voto y eso solo hace que aumente la frontera agrícola. Y es verdad.
Definitivamente es muy importante que más personas se den cuenta de los efectos que podría tener la desaparición de más bosque en el norte de Nicaragua. Al menos yo me siento más consciente de la problemática.
Para conocer más, la página de Facebook de la iniciativa