Mi experiencia en INCAE

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Mañana me gradúo del INCAE, de una MBA, una Maestría en Administración de Empresas. El programa de maestría es nuevo, y dura 15 meses con 2 de práctica profesional, el más corto de maestría. Cuando empecé siempre dije que iba a escribir algo sobre la experiencia, y qué mejor día que ahorita. Y también para expresar mi agradecimiento grande a todos quienes han sido directa o indirectamente parte de esto, Ustedes saben quienes son.
El INCAE es una Institución con ya 50 años de tradición, donde pesan mucho las costumbres y las reglas se aplican de verdad. Ese detalle, la facultad, lo internacional de los compañeros y el hecho de dormir en el campus son las tres cosas que la hacen diferente de las demás maestrías, y hasta cierto punto mejor. Voy a profundizar una por una.


Las reglas uno las sabe desde que llega: la escala de notas es con una curva, donde tienen que haber notas excelentes y notas malas obligatoriamente. Acumular notas malas hace que te vayás del programa que estás estudiando sin reembolso, entonces la presión es alta a la hora de las evaluaciones, y la competencia se pone complicada. Esas reglas solo están insertas en una cultura completa, que tarda un montón en aprenderse y que, pues, no se cuenta, sino que se tiene que vivir.


La facultad de INCAE es de las mejores de América Latina, con casi un 100% de profesores con doctorado. La solemnidad de las clases nunca la vi en la universidad, un respeto grande y un enfoque claro al conocimiento profundo de los temas. Igualmente, la posibilidad de conversar de ciertos temas en la clase fueron de mucho gusto para mí, y no se hablan en ningún otro lado. El método de casos aporta un montón a aprender de forma práctica, y en niveles (individual y grupal) situaciones típicas en empresas e instituciones.


Mis compañeros venían de 12 países diferentes, con formas de ver la vida y el mundo en general completamente diferentes a los que yo tengo. Además, se aventuran a venir a Nicaragua, un lugar con sus matices positivos, pero también poco asimilables para los más exigentes. Sin duda la multi-culturalidad a la hora de estudiar y platicar en este ambiente fueron un plus. 

Nicas de Incae MBA 2015

Vivir en el campus de INCAE, casi en El Crucero y a media hora de Managua es como la barrera de Managua. Eso hace que uno esté aislado y concentrado en estudiar y hacer lo que tiene que hacer. Y es muchísima lectura, estudio en grupos y te da poco chance para ver una película incluso. Eso hace que busqués apoyo, y es en la gente. La verdad hay gente excelente, que ha dejado mucho por la maestría, y que se luce siendo ese apoyo cuando llegan los momentos complicados. Me tocó un grupo de esos.

Ayuda un montón también que los últimos dos meses, uno va a aplicar lo que aprendió a una empresa ya en marcha. Con Max Padilla y Laura Ramírez nos fuimos al Grupo FTG en San Juan del Sur, y creo que fue la mejor parte del MBA poder darle un sentido más activo a los meses previos de mucho aprendizaje. Tengo pendiente escribir sobre eso, pero es por motivos puramente académicos.


Bueno, pero ahora lo que aprendí con la experiencia. Muchas “perlas” de sabiduría, la verdad para meterlas acá, pero algunas cosas. Creo que la competencia debería ser sustituida, en la medida de lo posible con la colaboración. También que América Latina tiene mucho donde crecer, y retos grandes en cuanto a instituciones y estabilidad económica. Pero oportunidades hay. Estrategia como mundo aparte y básico para cualquier negocio o país, incluso.

Hay un mito que quisiera dejar claro: la maestría en INCAE solo es difícil si te la hacés difícil. Hay que tener claro lo que querés, y si te proponés llegás. Creo que logré disfrutarla. Ahora a lo que sigue. Yo sé que suena medio a mensaje motivacional, pero es en serio. Estos fueron los que se graduaron conmigo:

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